jueves, 9 de febrero de 2012

La institución del poder



Buceando en las profundidades de un mar de risas,
cayó el telón.

Aplaudidos los sermones malintencionados,
el cómico a la cabeza descendió finalmente
al infierno de su copa.

Bebiendo del sol,
la luna cautivó a los comensales invitados
al banquete universal del dinero.

Todos ellos borrachos de codicia
blasfemaron a la plebe.

Desleales, todos, uno por uno, sucumbieron a la orgía
de monedas, oro, insignias y carteles verdes.

La lujuria pudo con ellos, allí abajo, mientras nadaban,
pudo con el rico, pudo con el tío,
pudo también con el oficiante de la ceremonia,
aquel de los chistes en el teatro de las caras rotas.

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