Buscando palabras para el amanecer, me encontré con el sol de frente y me digné, concluí, a escribir sin sentido alguno, más que el principal verbo de observar, cómo, dije, y calculé que finalizando el párrafo, jamás lo iba a saber.
Desde atrás las horas parecen desaparecer, y quizás desde abajo todo tiende a parecerse al minuto anterior, y es probable que al posterior igualmente.
Irritables ojos, irrisoria carcajada interna, excusas para pasar a la idea, decepciones del malestar general dentro de la rima cautelosa.
Atrás, dije, tienen otro sabor las cosas, acá, del otro lado de las hojas, donde yace la tinta expectante de otra nota, donde cae el telón, sin haber terminado la obra.
De más está decir, sabe a café mi derrota, sabe a audacia esta estrofa, y supo a madrugada mi mirada rota, a perfume de rosas mi imaginativa cabeza redonda, a pelos de gato mi boca, shu! Se despertó la mascota.
A continuación, luego de estornudar, la mañana explota, vuelan las palomas, y se ha terminado de lavar la sexta carga de ropa.
Desde atrás las horas parecen desaparecer, y quizás desde abajo todo tiende a parecerse al minuto anterior, y es probable que al posterior igualmente.
Irritables ojos, irrisoria carcajada interna, excusas para pasar a la idea, decepciones del malestar general dentro de la rima cautelosa.
Atrás, dije, tienen otro sabor las cosas, acá, del otro lado de las hojas, donde yace la tinta expectante de otra nota, donde cae el telón, sin haber terminado la obra.
De más está decir, sabe a café mi derrota, sabe a audacia esta estrofa, y supo a madrugada mi mirada rota, a perfume de rosas mi imaginativa cabeza redonda, a pelos de gato mi boca, shu! Se despertó la mascota.
A continuación, luego de estornudar, la mañana explota, vuelan las palomas, y se ha terminado de lavar la sexta carga de ropa.
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