Shhhh ¡Silencio! Terminé de escribir y me senté a discutir con la esencia, la raíz del problema consistió en la descripción, esa palabrería que interfiere con el libre albedrío, y que insita a la contemplación activa de los ojos, buscando una guía distintiva. Y acabo diciendo, basta de incongruencias y dogmas elitistas de estas putas Letras, y nos llamamos artistas. En una versión más casera, la mandé a cagar, la esencia es la verdad más embustera, porque existe de acuerdo a cómo la creas, y se crea con paredes de un material volátil, inflamable, con viejas maderas que se llaman consistencia. Materia.
Palabras. Pocas palabras, mucha persistencia. A manera de explicación, dejo implícito que carezco de sentido, dedico a la esencia la siguiente confección.
Literalmente mierda,
Súbditas carillas como cuaderno cuadriculado
Vas de lado a lado, esparciendo tu mandato,
Como cuando dije no,
Y volviste al centro arrastrando un sí ensimismado.
La esencia no tiene códigos para la discusión del argumento descriptivo, noto cierta impaciencia en sus esbozos de teorías, y me calla cuando empieza a vomitar comas, puntos, y devotos tildes, a rayas, en renglones religiosos y rectos, y me río. Cada paso atrás en edición, cada revisión del sentido y la sintaxis, cada rebote y contrapunto dentro de la alusión correspondiente. Me calla.
Un buen rato, y me paré, la silla cayó retumbando con un onomatopéyico “cllrash” (sr. Lector, intente pronunciarlo, es así como suena una silla en el piso) mis manos se cerraron y mis puños golpearon la mesa, mis ojos llenos de ira contemplaron a la esencia, mientras ésta reía, diciendo: "Eres presa de mi caza, soy la cárcel de tu obra, y soberana entres tus formas, soy la esencia que te nombra, soy la letra de tu boca, soy la tinta de la pluma, y tu…" y yo enfureciendo en mi negación. Me cagó.-
Palabras. Pocas palabras, mucha persistencia. A manera de explicación, dejo implícito que carezco de sentido, dedico a la esencia la siguiente confección.
Literalmente mierda,
Súbditas carillas como cuaderno cuadriculado
Vas de lado a lado, esparciendo tu mandato,
Como cuando dije no,
Y volviste al centro arrastrando un sí ensimismado.
La esencia no tiene códigos para la discusión del argumento descriptivo, noto cierta impaciencia en sus esbozos de teorías, y me calla cuando empieza a vomitar comas, puntos, y devotos tildes, a rayas, en renglones religiosos y rectos, y me río. Cada paso atrás en edición, cada revisión del sentido y la sintaxis, cada rebote y contrapunto dentro de la alusión correspondiente. Me calla.
Un buen rato, y me paré, la silla cayó retumbando con un onomatopéyico “cllrash” (sr. Lector, intente pronunciarlo, es así como suena una silla en el piso) mis manos se cerraron y mis puños golpearon la mesa, mis ojos llenos de ira contemplaron a la esencia, mientras ésta reía, diciendo: "Eres presa de mi caza, soy la cárcel de tu obra, y soberana entres tus formas, soy la esencia que te nombra, soy la letra de tu boca, soy la tinta de la pluma, y tu…" y yo enfureciendo en mi negación. Me cagó.-
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