martes, 28 de mayo de 2013

Teñido de azul

El supuesto color azul se convierte en certero cuando la ausencia completa, ese infierno de imposiciones de la realidad, ese inalcanzable estado de eufórica tranquilidad. El evidente concepto de la felicidad se hace agua de un oasis que no existe más que en la proyección de una necesidad. Y los demás, los estados que componen esta indescriptible estabilidad, se aseguran vomitivos y apesadumbrados de tanto fingir una incoherencia social. Más, me pesa el ambiente neutro de la cordialidad, el permiso compulsivo al querer acciones inversas, el sentido abstraído del tedio y la vergüenza expresa. Me pesa la ausencia, pero también la presencia que forma una inmensa soledad. 

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