1-Para romper con el círculo,
hacer un triángulo de insistencia, destrabar el cubo inconsciente y reafirmar
la deformación aparente de las cosas; es necesario confrontar, con ojos
audaces, la veracidad de las normas, las implicancias de la deshonra y la
incapacidad capaz de solventar la cuota correspondiente a la legitimidad
objetiva de la razón.
2-Era plano, un plano pensamiento
que resistía, de todas formas, a cualquier bajeza ideológica. Era, bastaba con
eso, porque las realidades simplemente son y cada tanto se esperaba la
respuesta, como esperan el oxígeno los cuerpos que yacen dormidos al lado del
calefactor. Si pienso, porque es una duda recurrente, me distraigo. Tú también,
porque lees. Pasamos por túneles capaces de mantenernos despiertos en este
viaje poco placentero. Pero también dormimos entre sueños, también somos porque
presentes, también morimos, a veces.
3-Ha quedado dormida la sombra que
buscaba refugio. Solo un cuerpo astuto en la evaporación del tiempo, solo un
estornudo agudo en las agujas de aquel misterio. Entonces nada, entonces todo. Y
de repente despierta, como tratando de recuperar las horas, como intentando
desacomodarse de la estricta forma, pero se eleva y se va. Como todas las
sombras; como todas las obras; como todo, dejando las sobras.
4-Desconozco esa frontera. Te
imaginabas y yo reía. Supuse del silencio un grito, mientras ardía el conteo
tajante de la contradicción. No supimos, nadie lo sabe, ni siquiera el ausente
rayo de sol a través de mi opaca ventana. Entonces el límite se presentó como
un escape elocuente. Y se desvistió la duda. Se acomodó a la luna del mes
siguiente. Se te escaparon los ojos y se pegaron a los míos. Se nos acortó el
camino, quizás. Quizás nunca lo supimos. Hoy me quedo en mi urna de votos
castigo, me expongo ante la noche como una sombra sin brillo y sigo a la
ignorancia como siguen estas letras el ritmo inadvertido.
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