Si alguna vez me olvido de
mirarte
es porque estás en todas partes,
sí.
Si me olvido de amarte
es porque te pareces a la gente,
es porque es momento de
olvidarte.
Pero si olvidara tus ojos,
entonces no podrías perdonarme.
No sería justo, vida,
tener así que matarte.
Si me olvido de este arte,
córtame las venas, o dispárame.
Si te dejo escapar fácilmente,
amárrate a mis brazos,
tuérceme el cuello y bésame,
que no sea mi amnésica laguna
mental
un soplido en la arena
de tu exclusividad.
Si me olvido alguna vez de
hablarte,
acércate a mis labios
que algo te dirán.
Y si me olvidara de pensarte
es porque seguramente ya no
existirías
en el universo paralelo de mis
rimas.
No me dejes olvidarme de
escribirte,
mi estandarte, no te quedes en el
tiempo,
ven a buscarme.
Si estas manos se perdieran el
placer,
alguna vez, de crearte,
caerías en la agonía del vacío
errante.
Yo, en cambio, vibraré otros
cantares,
suponiendo ya no amarte.
Pero si me olvido, tiempo, de
contarte
es que finalmente es momento
de abandonarte al aire
y que vueles como ave,
y que te liberes de mis redes,
aunque así me mates.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios