miércoles, 30 de enero de 2013

Otro set de cortos

1- El ambiente neutro mantuvo sus lugares marcados siempre, el territorio de cada uno de los sentimientos estaba delimitado, las banderas sacudían su tierra todo el tiempo, y todo el tiempo mismo también era un estado. Pero supo el viento siempre que debía desordenarlo, supo decir “aquí estoy” cuando estaba tan lejos y tan errado. Las verdades supieron a una vieja colonia que podía olerse desde las lejanías de la pasión, mientras que las mentiras surcaban el fondo infinito de un mar sin tempestades. La unión se dio en el conflicto, cuando las letras se entrometieron en cada uno de los cubículos separados por silencios. La neutralidad llegó a su fin, ese día lo de la superficie y lo de abajo, en una conjunción del arrebato, crearon la poesía.
  
2- Llegar alto y ver, porque se cae luego. Empezar desde el fondo del pozo es posible, siempre y cuando la noche no esté en el techo. Me pregunto, inútilmente, si realmente hay un punto cúlmine en las alturas de la existencia, o es que el mayor regocijo es caer y mirarlo todo desde una perspectiva nueva. Nada podría responder a preguntas necias, o a desplantes incoherentes, todo lo maneja la experiencia, todo azul antes fue celeste.

3-  Fugaz recuerdo que surcas en mi cerebro atareado, lógico, pendenciero. Fugaz como el hielo bajo el rayo del sol, como el dinero. Vuelve si es que no te miento, quítese el destino que pesa en los hombros de un tenue sentimiento. Fugaz, sí, como el fuego, el que quema dentro mío con ese, con el fugaz recuerdo que surca en mi cerebro… 

4-  A decir verdad, he perdido esa capacidad, hoy me encuentro en la extrema duda de si seguir o despertar. Al decir la mentira, es decir, al crear esta poesía, quizás pueda más, quizás la luna sabe menos que el sol de la oscuridad. La hipocresía infinita de esta literaria agonía se consume a sí misma como boca que bebe del trago de la risa. Para decir es necesario compensar el sentimiento con algo de sonoridad. Perdona, inescrupuloso lector, hoy solo sé decir nada más. 

5- Escribo un poco de ti, tú que poco existes o que quizás eres un cuerpo celeste que surca el cielo de este temerario impulso de madrugada. Escribo de mí, para comprender, si es posible, un pensamiento afín. Escribo de todos los seres que poseen la capacidad absoluta de ser musa de algún autor, de mis letras, de mis dudas. Escribo porque me pesa la amargura, el último trago y la espuma complaciente del vaso, de las pieles. Escribo y me quedo en el medio de un limbo astral, de un viaje espacial que me lleva más lejos de lo que tu cordura pudiera imaginar. Escribo y avanzo hasta ya no escribir más, hasta que los versos solos nazcan como un producto natural. Escribo y leo, y finalmente pienso: ¿será? 

6-  Escribo bajo el estímulo adquirido por un tercero, aparte de la inspiración y el vino; escribo porque escucho de mi cabeza el signo, porque sigo el camino del ansiado presagio del destino. Todo compromete la inestabilidad mental, pero a quién le importa, nada eres tú. He comido del ansioso pesar de la costumbre acaudalada, he caído bajo el infierno mismo de la ignorancia, y las masas me han absorbido, hoy me opongo y son un único partido de amistosas particularidades. Mi esencia me convierte en el as de las contrariedades, y me río a carcajadas porque no me explico lo que ven, seres que se escapan tras la justicia de algo muy lejano a la virtud. Así morimos amigos, no es por fumar, no es por beber, no es por contar ovejas sobre el mantel, es simplemente porque no entendemos el eterno concierto de las estrellas sobre nuestra sien. El humo se escapa, evadiendo toda norma parafraseada de una carta magna anclada a la isla de la idiotez. Malditos son, entonces, los tantos que se persignan frente al cartel, que se auto denominan gente de bien, malditos son, y reímos también. Imagino la procesión conformista, me regodeo con las imágenes benditas de asesinos de reos, me superan las cordiales visitas del cartero, me asemejo al espejo que se compone de simples reflejos, mi sonrisa no escapa los límites del respeto y me contengo por no vomitar mi ateísmo ante los posesos. Ven, dame la mano del comienzo y finalicemos en un cuarto oscuro y tierno, dame la mano del proceso y comencemos desde cero un gran acto hacia el complejo, desmembremos al tábú de aquello incierto y le demos un buen susto al reverendo, ese reverendo hijo de puta que se para en el altar de ese infierno. Escribo bajo la astucia de un trozo aderezado de chocolate, y desespero, desespero por contarle a un lector ciego lo que es ver a los más necios acomodarse en el sillón del poder… sabemos que todo lo maneja el dinero. Me escapo ahora, con la melodía hasta el cuello, a nadar entre notas y conciertos, entre voces nuevas y viejos textos. Es el amor, es el odio, son los sentimientos, que con un poco de lógica crean estos grandiosos e inexistentes versos. Adiós, entonces, y siempre hasta luego.

7- Hasta estas horas me he quedado para escribir de ti, ¿qué es el humor para mí? Te pretendo, más ¿cuánto sabes si es así? Lo siento, dicen las preguntas que las respuestas son el tiempo, y las cuestiones son el fin. La noche, el día, la luna, el sol, la estrella perdida, ¿qué es el cielo para mí? Ateísmo y letanía, soy la cadena sin eslabón perdido y sin condenas. Locas las otras que hablan detrás de ti, color celeste de la distancia, resolución de un este que se hace nada. Las preguntas se escapan por el orificio anal de las miradas, ¿qué tiene que ver el aceite con el agua? Déjalo salado, picadillo para mañana, déjalo en establo con los otros quesos y las tablas. MI escape es la madrugada, puta y cuerda, sobria y ebria, de las buenas, una mujer que todo lo sueña. Déjame el collar caído en el hueco del piso, a los pies de la cama sin respaldo y sin aviso. ¿Cómo supones crear el cruel destino? Es raro, quizás te parezca que el texto carece de sentido, pero ven y siente, siente cómo respiro. Catorce minutos le sobran a las cuatro y muero como muere aquel mosquito en la palma de mi mano. Me río, sigo y no leo pues no existo. Dime, entonces, qué te ha parecido este extremo ambiguo del efecto del vino.

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