Entiendo poco de la nada equivalente a ciertas palabras, se
abrazan los complejos en el cielo celeste de la mañana, al sol tan sombrío,
despejado de ilusiones pasadas.
Me compongo y se disponen las rimas, al azar, en una melodía
olvidada. A lo lejos un piano, casi mudo, casi delirando en notas cuadriculadas,
y redondas y ovaladas.
Supone el tiempo un descanso migratorio, un solsticio que se
rompe en las manos de algún agosto.
El viento, cansado de soplar la tierra de una mesa varada
frente a las ventanas sucias, disipa las dudas cayendo al compás de la melodía
inmunda.
Y brota del grito una excusa, una casualidad entre tanta
certeza junta, ¿qué será del día cuando la noche sucumba?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios