Sube la marea,
el océano cercano me ciega
y de a poco me voy alejando,
yendo al horizonte,
sucumbiendo en la profundidad,
ahogando mis lamentos en un vaso
de pura mediocridad.
Asombradas las estrellas
de esta noche impactante,
observan como de a poco
me deshago de mis pocas pertenencias,
y me dispongo a saltar.
Abismos me esperan
de mareos y cataratas,
de agua, lodo y mi poca destreza.
Cada trago, una brazada más,
nadando hasta embriagarme
de tanta frialdad,
el increíble suceso
de esperar, mi vida,
esperar.
lunes, 16 de noviembre de 2009
El tiempo
El tiempo, amor,
el tiempo desciende desde las alturas para abrazar el exacto momento,
el tiempo es ese tormento que irrita hasta las lágrimas,
amor que todo lo tienes en cuenta,
el momento de repente se representa en dinero y en compras,
el tiempo desprende las estrellas del cielo
y las quema en fugaces intentos de suplencia,
el tiempo, amor, el tiempo es cobarde y eterno,
el tiempo disuelve el astuto cara o cruz,
amor el sueño de repente se corta
y despierto en itinerantes vaivenes de súplicas,
amor el tiempo eterno me incorpora y me quita la voz,
me aleja del sol, el poco tiempo que me queda…
y yo sin la eternidad, no la creo… y nadie me crea.
El tiempo, maldito, corrupto, el tiempo y todos sus segundos,
el tiempo y la ironía, amor! El tiempo!
Me reestablece, vamos de a poco y el tiempo me acelera,
amor el tiempo, mi tiempo de amor, amor, mi tiempo,
agujas que irrumpen en caminos,
mis venas no respetan el tiempo,
no respeto la velocidad en la que inyecto el veneno de los minutos en mi cuerpo,
el tiempo y su canto, y su melodía que desentraño, amor, el tiempo,
el tiempo y el sol, y repito, el tiempo, repito el amor y el tiempo, repito amor,
una vez más, sin tiempo, en segundos, amor el sueño, amor eterno,
respeto el tiempo, y rebeldía me combate, en horas y horas y horas y horas,
ahora amor! Ahora!
Grito que el tiempo repite unos tras otros los dejavus de mi inconciencia
y la locura y el respeto, no respeto, ya no, no quiero,
tiempo, tiempo, tiempo a destiempo vamos corriendo por la cornisa,
amor, calma, ten calma, que para el desequilibrio estoy yo,
el tiempo es eterno, lo repito, repite la acción, amor, sin cuentos, sin rodeos,
vamos al punto cero,
y que la función comience de nuevo,
amor, ausente el silencio,
gritemos mas allá del ejemplo,
sin más compañía que el eterno maldito tiempo,
invento cada palabra para decirte que siento,
siento que el tiempo enemigo es de mi aliento,
déjame respirar,
y eterno me desvela en la pasión de las voces que se elevan,
el grito cúlmine del ruido que opaca la melodía del trueno,
ese…ese puro tiempo, ese impuro sentimiento, rabioso corte de venas,
sangran y disfruto y lloras y excedemos los límites del intento,
intentemos una vez más, tiempo, tiempo, nunca un punto,
nunca finalizo y vuelvo a comenzar y en el trance de tenerte y de soltarte me pierdo, amor, que tiempo irreverente,
de repente es de día y desaparece,
y el trabajo y las horas y el dinero, y las sobras y la vida se desborda,
hoy es noche hoy eterno amor mío no existe el tiempo.
el tiempo desciende desde las alturas para abrazar el exacto momento,
el tiempo es ese tormento que irrita hasta las lágrimas,
amor que todo lo tienes en cuenta,
el momento de repente se representa en dinero y en compras,
el tiempo desprende las estrellas del cielo
y las quema en fugaces intentos de suplencia,
el tiempo, amor, el tiempo es cobarde y eterno,
el tiempo disuelve el astuto cara o cruz,
amor el sueño de repente se corta
y despierto en itinerantes vaivenes de súplicas,
amor el tiempo eterno me incorpora y me quita la voz,
me aleja del sol, el poco tiempo que me queda…
y yo sin la eternidad, no la creo… y nadie me crea.
El tiempo, maldito, corrupto, el tiempo y todos sus segundos,
el tiempo y la ironía, amor! El tiempo!
Me reestablece, vamos de a poco y el tiempo me acelera,
amor el tiempo, mi tiempo de amor, amor, mi tiempo,
agujas que irrumpen en caminos,
mis venas no respetan el tiempo,
no respeto la velocidad en la que inyecto el veneno de los minutos en mi cuerpo,
el tiempo y su canto, y su melodía que desentraño, amor, el tiempo,
el tiempo y el sol, y repito, el tiempo, repito el amor y el tiempo, repito amor,
una vez más, sin tiempo, en segundos, amor el sueño, amor eterno,
respeto el tiempo, y rebeldía me combate, en horas y horas y horas y horas,
ahora amor! Ahora!
Grito que el tiempo repite unos tras otros los dejavus de mi inconciencia
y la locura y el respeto, no respeto, ya no, no quiero,
tiempo, tiempo, tiempo a destiempo vamos corriendo por la cornisa,
amor, calma, ten calma, que para el desequilibrio estoy yo,
el tiempo es eterno, lo repito, repite la acción, amor, sin cuentos, sin rodeos,
vamos al punto cero,
y que la función comience de nuevo,
amor, ausente el silencio,
gritemos mas allá del ejemplo,
sin más compañía que el eterno maldito tiempo,
invento cada palabra para decirte que siento,
siento que el tiempo enemigo es de mi aliento,
déjame respirar,
y eterno me desvela en la pasión de las voces que se elevan,
el grito cúlmine del ruido que opaca la melodía del trueno,
ese…ese puro tiempo, ese impuro sentimiento, rabioso corte de venas,
sangran y disfruto y lloras y excedemos los límites del intento,
intentemos una vez más, tiempo, tiempo, nunca un punto,
nunca finalizo y vuelvo a comenzar y en el trance de tenerte y de soltarte me pierdo, amor, que tiempo irreverente,
de repente es de día y desaparece,
y el trabajo y las horas y el dinero, y las sobras y la vida se desborda,
hoy es noche hoy eterno amor mío no existe el tiempo.
breve presentación a nueva edición/Producción de blog
Hola:
Si estás acá, gracias por leer mi blog y espero sea de agrado... Ésta es mi antología de escritos, pensamientos y poemas. No es que haya comenzado hace poco con este blog, pero sí le hacía falta una buena actualización, así que a partir de hoy comenzaré a postear nuevas y viejas obras. De manera que por día habré de ingresar varias entradas. Desde ya agradezco tu lectura, y agradeceré también tus comentarios y mensajes que quieras dejarme.
Un saludo,
Cecilia M. Macaroff B.
Si estás acá, gracias por leer mi blog y espero sea de agrado... Ésta es mi antología de escritos, pensamientos y poemas. No es que haya comenzado hace poco con este blog, pero sí le hacía falta una buena actualización, así que a partir de hoy comenzaré a postear nuevas y viejas obras. De manera que por día habré de ingresar varias entradas. Desde ya agradezco tu lectura, y agradeceré también tus comentarios y mensajes que quieras dejarme.
Un saludo,
Cecilia M. Macaroff B.
Vuelve
Vuelve, como imagen repetida,
como superior correspondida,
como carta nunca recibida.
Con el corazón oculto me dedico a ubicarla
entre los adornos de mi ingrata memoria,
buscando combinar el dolor con la historia.
Buscando deshacer el conjuro de sus maniobras,
tratando de superar su impronta deshonra.
Pero vuelve como acaparándolo todo,
como si su mundo fueran mis ojos,
como si yo supiera corresponder,
como si yo entendiera el modo,
y respira mi aire mientras me escondo,
me busca y me encuentra,
y la pierdo como quien pierde una apuesta…
la pierdo buscando el sentido,
más la encuentro
y ya está todo perdido…
Me habla, contesto, más sin el corazón vivo,
supongo que es así como existo,
latiendo sin la memoria,
pensando sin la cordura,
queriendo sin el cariño,
sabiendo sin que fuera todo leído,
y vuelve con mil sonrisas…
y le abro la puerta al enemigo.
como superior correspondida,
como carta nunca recibida.
Con el corazón oculto me dedico a ubicarla
entre los adornos de mi ingrata memoria,
buscando combinar el dolor con la historia.
Buscando deshacer el conjuro de sus maniobras,
tratando de superar su impronta deshonra.
Pero vuelve como acaparándolo todo,
como si su mundo fueran mis ojos,
como si yo supiera corresponder,
como si yo entendiera el modo,
y respira mi aire mientras me escondo,
me busca y me encuentra,
y la pierdo como quien pierde una apuesta…
la pierdo buscando el sentido,
más la encuentro
y ya está todo perdido…
Me habla, contesto, más sin el corazón vivo,
supongo que es así como existo,
latiendo sin la memoria,
pensando sin la cordura,
queriendo sin el cariño,
sabiendo sin que fuera todo leído,
y vuelve con mil sonrisas…
y le abro la puerta al enemigo.
Distante
Distante,
abismo de eternidades,
resignando el tiempo en cantares
que el viento intentó no ceder.
Azules y gigantes,
estrellas del silente mar de cantidades,
me supera no encontrarte,
me distraen tus alas, mi ángel.
El sonido del espacio andante
me carcome los oídos, me parte en mitades,
me supera la ironía,
me voy volando a esos lugares.
Clara la luna,
tu rostro es etéreo,
tu luz es mi oscuridad,
tu, mi ritual de cada complejo.
Imito en entrecruzamiento de palabras,
cada renglón leído me basta,
me sobra
y me cansa,
cada detalle me abstrae,
me trae a recordarte,
inicios
y acordes de finales.
Cada día más cerca, cada noche más lejos,
el oxígeno me falta,
me faltas tú, me falta el alma,
me sobra tiempo, me sobra el cuerpo
Bastedad
de inmensos árboles,
un bosque quemado,
repleto de alardes,
el fugaz refucilo de tus ojos
en el negro de la noche,
te sueño, te pienso,
y soy el árbol más pequeño,
te espero,
y es que soñar tiene su precio.
Plenitud de encierro,
saciedad de pormenores intrépidos,
eres el agua y yo el sediento desierto.
eres la calma y yo el furioso movimiento,
eres la luna y yo el sol desvaneciendo,
eres lo cierto y yo la mentira al descubierto.
Lo eres todo… en mis noches de desaliento.
Distante entonces el abismo,
me resigno a que el tiempo es buscarte
en lugares no importantes, en horarios imposibles,
en sueños cortos y de instantes.
Me resigno en maldiciones, en lágrimas transparentes…
me faltan los colores,
me sobra el gris firmamento que contiene
cada uno de mis errores.
abismo de eternidades,
resignando el tiempo en cantares
que el viento intentó no ceder.
Azules y gigantes,
estrellas del silente mar de cantidades,
me supera no encontrarte,
me distraen tus alas, mi ángel.
El sonido del espacio andante
me carcome los oídos, me parte en mitades,
me supera la ironía,
me voy volando a esos lugares.
Clara la luna,
tu rostro es etéreo,
tu luz es mi oscuridad,
tu, mi ritual de cada complejo.
Imito en entrecruzamiento de palabras,
cada renglón leído me basta,
me sobra
y me cansa,
cada detalle me abstrae,
me trae a recordarte,
inicios
y acordes de finales.
Cada día más cerca, cada noche más lejos,
el oxígeno me falta,
me faltas tú, me falta el alma,
me sobra tiempo, me sobra el cuerpo
Bastedad
de inmensos árboles,
un bosque quemado,
repleto de alardes,
el fugaz refucilo de tus ojos
en el negro de la noche,
te sueño, te pienso,
y soy el árbol más pequeño,
te espero,
y es que soñar tiene su precio.
Plenitud de encierro,
saciedad de pormenores intrépidos,
eres el agua y yo el sediento desierto.
eres la calma y yo el furioso movimiento,
eres la luna y yo el sol desvaneciendo,
eres lo cierto y yo la mentira al descubierto.
Lo eres todo… en mis noches de desaliento.
Distante entonces el abismo,
me resigno a que el tiempo es buscarte
en lugares no importantes, en horarios imposibles,
en sueños cortos y de instantes.
Me resigno en maldiciones, en lágrimas transparentes…
me faltan los colores,
me sobra el gris firmamento que contiene
cada uno de mis errores.
La sensación como de...
Es una sensación como de perderlo todo, y luego la nada. Eres como un árbol de frutos secos, y luego la calma. Suspiras ojos en distancia, irritables las sustancias y luego el ritual convive…la descripción revive, me faltas.
Forjamos el subsuelo, el tiempo teme bajo una cama, el cielo explota, después, mañana. Incorporo más ají pues cocino el infierno de mi mirada, insistente, descubro que a veces no estás tan ausente…
Vamos a despertar por fin, tu allí, yo acá, recupero el respiro de tu mano al instante de actuar…Observando que cualquiera mis palabras habrá de interpretar, no sabrán nunca la gracia de “distancia” metaforizar. Claridad que te opaca, pobre el vidrio con vapor al llorar.
Y nuevamente la confusión, “¿Qué dijo? ¿Cómo? ¿Por qué…? ¿Será que…? ¿A quién le escribe? No creo que… Aunque podría ser… ¿Alguien sabe?” Yo, que sé… Aplaudir creatividad y arte… olvidé deducir… ¿Platón? De su teoría vivir, en la secuencia presentir, de la comicidad reír… del infinitivo del verbo amar, es en tanto ser… en distorsión partir, en obligación permanecer… en mi alma… Desaparecer.
Forjamos el subsuelo, el tiempo teme bajo una cama, el cielo explota, después, mañana. Incorporo más ají pues cocino el infierno de mi mirada, insistente, descubro que a veces no estás tan ausente…
Vamos a despertar por fin, tu allí, yo acá, recupero el respiro de tu mano al instante de actuar…Observando que cualquiera mis palabras habrá de interpretar, no sabrán nunca la gracia de “distancia” metaforizar. Claridad que te opaca, pobre el vidrio con vapor al llorar.
Y nuevamente la confusión, “¿Qué dijo? ¿Cómo? ¿Por qué…? ¿Será que…? ¿A quién le escribe? No creo que… Aunque podría ser… ¿Alguien sabe?” Yo, que sé… Aplaudir creatividad y arte… olvidé deducir… ¿Platón? De su teoría vivir, en la secuencia presentir, de la comicidad reír… del infinitivo del verbo amar, es en tanto ser… en distorsión partir, en obligación permanecer… en mi alma… Desaparecer.
Algo Pasa
Algo pasa…
una extraña sensación, física y mental…
Algo así como un temblor,
Como si algo se escapase,
Como si de repente…
Ya no puedo esperar, tampoco soy una roca, no soy más que una verdad, ya no debo esperar, por más que lo intente, no hay forma…sabes que? No regreses.
Tampoco mires atrás, yo intentaré no estar, mis ojos no te miran, no tengo nada que explicar, no supongo ni te pido, no te hablo, ni te miro, no te invito ni te evito, sabes que? Ya para mí no estás.
Casi no siento el frío, casi no escucho las agujas del reloj, casi te digo que te q…
Pero algo sucede…
Un raro aroma a final,
Una simple blanca paloma,
Pero extrañamente, no ha vuelto la paz…
Entre el “casi” y el “sin embargo”, me he quedado en silencio, entre el “aunque” y el “mientras tanto”, me he dormido en la distancia… entre el “pero” y el “más”, me he quedado sin aclararte que por mas que lo intente no puedo dejar de am...
Pero algo se pierde…
En el lago oscuro de mi mente,
Distinto a otros momentos,
Siento que no llueve…
No… simplemente, porque de tanto escribirte comencé al olvidarte, de tanto olvidarte comencé a sentirme, de tanto sentir, he perdido mi tacto… de tan buena que era… hoy seré peor que el odio, hoy creo que no tengo más caricias, y el frío es mi manto, hoy por cubrirme del olvido, olvidé que… sabes que? No te lo diré, que te quedes con la intriga, que maldigas y maldigas…yo no existo en esa, tu vida…
Yo no espero, no contengo… yo simplemente, prefiero un entierro, antes que horas y horas de un estúpido desvelo.
Esa sensación tan extraña…
Eso tan raro que pasa…
Es que simplemente de a poco…
Te borras…
de mi alma.
una extraña sensación, física y mental…
Algo así como un temblor,
Como si algo se escapase,
Como si de repente…
Ya no puedo esperar, tampoco soy una roca, no soy más que una verdad, ya no debo esperar, por más que lo intente, no hay forma…sabes que? No regreses.
Tampoco mires atrás, yo intentaré no estar, mis ojos no te miran, no tengo nada que explicar, no supongo ni te pido, no te hablo, ni te miro, no te invito ni te evito, sabes que? Ya para mí no estás.
Casi no siento el frío, casi no escucho las agujas del reloj, casi te digo que te q…
Pero algo sucede…
Un raro aroma a final,
Una simple blanca paloma,
Pero extrañamente, no ha vuelto la paz…
Entre el “casi” y el “sin embargo”, me he quedado en silencio, entre el “aunque” y el “mientras tanto”, me he dormido en la distancia… entre el “pero” y el “más”, me he quedado sin aclararte que por mas que lo intente no puedo dejar de am...
Pero algo se pierde…
En el lago oscuro de mi mente,
Distinto a otros momentos,
Siento que no llueve…
No… simplemente, porque de tanto escribirte comencé al olvidarte, de tanto olvidarte comencé a sentirme, de tanto sentir, he perdido mi tacto… de tan buena que era… hoy seré peor que el odio, hoy creo que no tengo más caricias, y el frío es mi manto, hoy por cubrirme del olvido, olvidé que… sabes que? No te lo diré, que te quedes con la intriga, que maldigas y maldigas…yo no existo en esa, tu vida…
Yo no espero, no contengo… yo simplemente, prefiero un entierro, antes que horas y horas de un estúpido desvelo.
Esa sensación tan extraña…
Eso tan raro que pasa…
Es que simplemente de a poco…
Te borras…
de mi alma.
Un cuento sin fin (Fábula de la Política)
Había una vez un pueblito muy hambriento, las mañanas y las tardes no tenían el sol típico de un pueblo, y la única música que se escuchaba era la de un viejo piano lejano, era de un solitario pueblerino que nunca salía de su casa.
La gente del pueblo creía que el viejo hombre del piano era una especie de monstruo o loco que lo único que hacia era tocar su piano, pero aquello no les daba miedo porque era más aterrorizante ver a los niños del pueblo sufrir hambre y frío. Las casas del pueblo eran todas precarias y la mayoría tenían techos de nylon y chapas viejas. La vida no era fácil en ese pueblo, la vida no era vida.
Algunos vecinos cazaban o pescaban lo poco que ese desierto bosque y ese río casi seco les daban, se sobrevivía pero no se vivía. Otros solo se dirigían a otros pueblos más ricos y pedían limosnas.
Un día un niño desvalido y lastimado por no tener zapatos se paró en el centro de la plaza principal y sin hacer alboroto alguno, desenrolló una soga vieja, colgó uno de sus extremos en un pequeño árbol, hizo un nudo típico y se ahorcó. La gente no lo vio, miraban todos al piso, no tenían la moral alta como para mirar hacia arriba. El niño permaneció colgado por días y días. Los otros niños lo visitaban pero nadie los veía.
Los meses pasaban y de a poco uno tras otro, los niños hacían lo mismo que aquel muchacho. Pero nadie, ningún adulto se daba cuenta. Y los árboles de la plaza se llenaban de “niños adorno”.
Un día, mucho tiempo después, la música de aquel piano viejo dejó de escucharse, la gente no se daba cuenta y seguía buscando sobrevivir, y con la misma frase: “hay que darles de comer a los niños”. Y los niños no estaban…
Un día el sol salió, brillaba tanto como si estuviera a pocos metros del pueblo. La gente no se dio cuenta del sol, el astro había hecho florecer las plantas, los frutos empezaron a brotar y el seco bosque se había hecho verde otra vez, al día siguiente cayó una intensa lluvia y el río se llenó de agua y alegría, los peces eran millones, los animales de la granja empezaron a reproducirse y las vacas derramaban leche por sus ubres. Pero los vecinos seguían pidiendo en otros pueblos con la excusa de alimentar a sus hijos, ¿qué hijos?
El tiempo pasaba y nadie miraba para arriba, compraban televisores y equipos musicales, compraban teléfonos celulares y cámaras de video, pero no miraban alrededor, no comían, no cocinaban, no buscaban a sus hijos, porque nadie se miraba a la cara.
Cierta vez, la música empezó a sonar nuevamente, y nadie oía, cada día se escuchaba un poco mas fuerte, pero nadie quería escuchar. El viejo hombre que vivía en aquella casa lejana y que tocaba ese viejo piano gritaba y su instrumento también, cuando estuvo cansado de que nadie lo escuchara, y de que el sol quemara y que nadie se mirara, y que nadie notara que sus hijos habían muerto, bajó de la colina en que se encontraba su casa con una parrilla y una bolsa negra.
Amadeo, llamado así en honor a Mozart, llegó a la plaza, instaló la parrilla en el mismo lugar donde estaban los cuerpos casi putrefactos de los niños, dejo listo todo y volvió a su casa, luego bajó el piano y lo instaló en el mismo lugar, después llevó una vaca llena de leche y un montón de libros viejos.
Primero empezó a tocar el piano y nadie lo escuchaba, luego comenzó a leer un libro y nadie atendió, después se alistó para ordeñar la vaca y cuando había ya llenado una cubeta (luego de solo dos minutos) la puso en lo alto y nadie lo vio. Cansado ya, abrió su gran bolsa negra y sacó un rollo gigante de chorizos, procedió a prender el fuego y luego puso los chorizos en la parrilla, luego corto todo el pan y preparó los “famosos choripanes”. La gente comenzó a acercarse y todos se preguntaban quien era aquel candidato y a qué partido había que votar, los cánticos comenzaron y mientras más cerca estaban, este hombre les acercaba los choripanes, Amadeo derramaba una que otra lágrima y se daba cuenta que la cultura de este pueblo estaba podrida.
Cuando todos habían terminado ya su choripan, Amadeo se preparó para hablar, la gente, mirando hacia abajo se aprestó a escuchar…”caballeros, damas ahora que tengo su atención, quisiera decirles que lo siento mucho, pese a mis formas musicales de llamar su atención, pese a la naturaleza que explayó sus maneras casi inexplicables de darles todo, no se han podido dar cuenta de la vida, no han podido ustedes infames del alma contener a sus hijos… ¿Dónde están sus hijos? “y todos se miraron. “Por años y años toqué melodías, les he leído libros, les traté de enseñar a producir, y ustedes solo pedían y compraban malditos electrodomésticos, quisiera que todos miren hacia arriba y vean el futuro que han creado, o que rompieron en pedazos…” todos miraron hacia arriba, y la vida se cayó…los choripanes quedaron derramados por el suelo acompañados por el jugo gástrico impune de sus cuerpos.
“Veo que no tenían mas que cultura de urna, veo que sus excusas era meras patrañas, veo que no ven, veo que su vida es gris y veo que no merecen vivir”.
El cuento se termina aquí, sin futuro no hay historia que contar, sin cultura no hay palabras, sin palabras no hay verdad, sin verdad no hay fuerza, sin fuerza no hay unidad, sin unidad no hay pueblo, sin pueblo no hay humanidad, sin humanidad no hay mundo y sin mundo no hay lugar. Sin espacio no hay acciones sin acciones no hay libertad.
Sin futuro no hay historia porque el futuro en niños se muere, y de la muerte no hay vuelta atrás.
(Cecilia M. Macaroff B. 32628776/N)
La gente del pueblo creía que el viejo hombre del piano era una especie de monstruo o loco que lo único que hacia era tocar su piano, pero aquello no les daba miedo porque era más aterrorizante ver a los niños del pueblo sufrir hambre y frío. Las casas del pueblo eran todas precarias y la mayoría tenían techos de nylon y chapas viejas. La vida no era fácil en ese pueblo, la vida no era vida.
Algunos vecinos cazaban o pescaban lo poco que ese desierto bosque y ese río casi seco les daban, se sobrevivía pero no se vivía. Otros solo se dirigían a otros pueblos más ricos y pedían limosnas.
Un día un niño desvalido y lastimado por no tener zapatos se paró en el centro de la plaza principal y sin hacer alboroto alguno, desenrolló una soga vieja, colgó uno de sus extremos en un pequeño árbol, hizo un nudo típico y se ahorcó. La gente no lo vio, miraban todos al piso, no tenían la moral alta como para mirar hacia arriba. El niño permaneció colgado por días y días. Los otros niños lo visitaban pero nadie los veía.
Los meses pasaban y de a poco uno tras otro, los niños hacían lo mismo que aquel muchacho. Pero nadie, ningún adulto se daba cuenta. Y los árboles de la plaza se llenaban de “niños adorno”.
Un día, mucho tiempo después, la música de aquel piano viejo dejó de escucharse, la gente no se daba cuenta y seguía buscando sobrevivir, y con la misma frase: “hay que darles de comer a los niños”. Y los niños no estaban…
Un día el sol salió, brillaba tanto como si estuviera a pocos metros del pueblo. La gente no se dio cuenta del sol, el astro había hecho florecer las plantas, los frutos empezaron a brotar y el seco bosque se había hecho verde otra vez, al día siguiente cayó una intensa lluvia y el río se llenó de agua y alegría, los peces eran millones, los animales de la granja empezaron a reproducirse y las vacas derramaban leche por sus ubres. Pero los vecinos seguían pidiendo en otros pueblos con la excusa de alimentar a sus hijos, ¿qué hijos?
El tiempo pasaba y nadie miraba para arriba, compraban televisores y equipos musicales, compraban teléfonos celulares y cámaras de video, pero no miraban alrededor, no comían, no cocinaban, no buscaban a sus hijos, porque nadie se miraba a la cara.
Cierta vez, la música empezó a sonar nuevamente, y nadie oía, cada día se escuchaba un poco mas fuerte, pero nadie quería escuchar. El viejo hombre que vivía en aquella casa lejana y que tocaba ese viejo piano gritaba y su instrumento también, cuando estuvo cansado de que nadie lo escuchara, y de que el sol quemara y que nadie se mirara, y que nadie notara que sus hijos habían muerto, bajó de la colina en que se encontraba su casa con una parrilla y una bolsa negra.
Amadeo, llamado así en honor a Mozart, llegó a la plaza, instaló la parrilla en el mismo lugar donde estaban los cuerpos casi putrefactos de los niños, dejo listo todo y volvió a su casa, luego bajó el piano y lo instaló en el mismo lugar, después llevó una vaca llena de leche y un montón de libros viejos.
Primero empezó a tocar el piano y nadie lo escuchaba, luego comenzó a leer un libro y nadie atendió, después se alistó para ordeñar la vaca y cuando había ya llenado una cubeta (luego de solo dos minutos) la puso en lo alto y nadie lo vio. Cansado ya, abrió su gran bolsa negra y sacó un rollo gigante de chorizos, procedió a prender el fuego y luego puso los chorizos en la parrilla, luego corto todo el pan y preparó los “famosos choripanes”. La gente comenzó a acercarse y todos se preguntaban quien era aquel candidato y a qué partido había que votar, los cánticos comenzaron y mientras más cerca estaban, este hombre les acercaba los choripanes, Amadeo derramaba una que otra lágrima y se daba cuenta que la cultura de este pueblo estaba podrida.
Cuando todos habían terminado ya su choripan, Amadeo se preparó para hablar, la gente, mirando hacia abajo se aprestó a escuchar…”caballeros, damas ahora que tengo su atención, quisiera decirles que lo siento mucho, pese a mis formas musicales de llamar su atención, pese a la naturaleza que explayó sus maneras casi inexplicables de darles todo, no se han podido dar cuenta de la vida, no han podido ustedes infames del alma contener a sus hijos… ¿Dónde están sus hijos? “y todos se miraron. “Por años y años toqué melodías, les he leído libros, les traté de enseñar a producir, y ustedes solo pedían y compraban malditos electrodomésticos, quisiera que todos miren hacia arriba y vean el futuro que han creado, o que rompieron en pedazos…” todos miraron hacia arriba, y la vida se cayó…los choripanes quedaron derramados por el suelo acompañados por el jugo gástrico impune de sus cuerpos.
“Veo que no tenían mas que cultura de urna, veo que sus excusas era meras patrañas, veo que no ven, veo que su vida es gris y veo que no merecen vivir”.
El cuento se termina aquí, sin futuro no hay historia que contar, sin cultura no hay palabras, sin palabras no hay verdad, sin verdad no hay fuerza, sin fuerza no hay unidad, sin unidad no hay pueblo, sin pueblo no hay humanidad, sin humanidad no hay mundo y sin mundo no hay lugar. Sin espacio no hay acciones sin acciones no hay libertad.
Sin futuro no hay historia porque el futuro en niños se muere, y de la muerte no hay vuelta atrás.
(Cecilia M. Macaroff B. 32628776/N)
Imposible Adios
Mientras me dirijo a tu lado, pienso si aún sientes mi presencia, si la distancia cruel del tiempo de alguna forma nos encuentra, si en la profundidad me escuchas. He traído flores, tus flores, las huelo y revivo algunos momentos, pero no me completan.
Creo que el hablar con una lápida no remedia tu ausencia., que ni el hecho de venir hasta este lugar representa algo para ti. Entonces solo observo tu nombre grabado en bronce, miro, y solo veo una piedra, tierra, flores secas y siento no venir más seguido, pero es que me duele sentir que no es a ti a quien visito. Creo que este ritual no es meritorio, es una crónica, es el intento de acercarme a ti mientras me voy alejando.
Hay mucho sol…pero, ¿Sabes? Siento frío. ¿Es esto vida…a quién busco? Si acá está la prueba de que no existes… ¿A quién le escribo?.... Y sigo respirando, sé que al volver no seré, nunca soy…solo pretendo vivir, es imposible superarte, es que…lo complejo de esta vida es aceptar que quien muere no vuelve.
Ausente, tanto como tú en el silencio, ese silencio que intento recrear, pretendiendo escuchar tus palabras de aliento, pero cansada ya de hablar a la nada, de conversar sin feedback, sin la sensación siquiera de pertenecer al mundo.
Cansada de no tenerte, de pretender quererte… ¿Cómo querer a la nada? Porque eres nada y aún así lo eres todo, eres la maldita brisa de las mañanas, la luna de mis noches…y todo aquello que por ser tuyo lo odio, porque odio tu presencia abstracta…la luna no habla, la brisa no abraza, el sol no canta y las estrellas… es que las estrellas sin ti ya no brillan. Has convertido mi mundo en cenizas, has transformado mi corazón en espinas, has vuelto mi ser un fantasma en la risa desvalida… has sido y sigues siendo la lógica que quema instintos, y pienso en el fuego…en el oxígeno que no pretendes y me ahogo… porque solo había venido a decir adiós...Pero no lo consigo.
(Cecilia M. Macaroff B. 32628776/N)
Creo que el hablar con una lápida no remedia tu ausencia., que ni el hecho de venir hasta este lugar representa algo para ti. Entonces solo observo tu nombre grabado en bronce, miro, y solo veo una piedra, tierra, flores secas y siento no venir más seguido, pero es que me duele sentir que no es a ti a quien visito. Creo que este ritual no es meritorio, es una crónica, es el intento de acercarme a ti mientras me voy alejando.
Hay mucho sol…pero, ¿Sabes? Siento frío. ¿Es esto vida…a quién busco? Si acá está la prueba de que no existes… ¿A quién le escribo?.... Y sigo respirando, sé que al volver no seré, nunca soy…solo pretendo vivir, es imposible superarte, es que…lo complejo de esta vida es aceptar que quien muere no vuelve.
Ausente, tanto como tú en el silencio, ese silencio que intento recrear, pretendiendo escuchar tus palabras de aliento, pero cansada ya de hablar a la nada, de conversar sin feedback, sin la sensación siquiera de pertenecer al mundo.
Cansada de no tenerte, de pretender quererte… ¿Cómo querer a la nada? Porque eres nada y aún así lo eres todo, eres la maldita brisa de las mañanas, la luna de mis noches…y todo aquello que por ser tuyo lo odio, porque odio tu presencia abstracta…la luna no habla, la brisa no abraza, el sol no canta y las estrellas… es que las estrellas sin ti ya no brillan. Has convertido mi mundo en cenizas, has transformado mi corazón en espinas, has vuelto mi ser un fantasma en la risa desvalida… has sido y sigues siendo la lógica que quema instintos, y pienso en el fuego…en el oxígeno que no pretendes y me ahogo… porque solo había venido a decir adiós...Pero no lo consigo.
(Cecilia M. Macaroff B. 32628776/N)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)